LA FELICIDAD SE
SIRVE EN BANDEJA
Victoria Vélez
Bióloga-Psicoterapeuta-Neurociencias
Se
ha escrito mucho acerca de la felicidad. Ya desde los tiempos de los filósofos
griegos se hablaba de ella. Aristóteles, filósofo, y
científico griego, relaciona la felicidad con actividades de carácter intelectual
y moderado; pero en cambio Boecio, filósofo y poeta latino romano, se dio cuenta del carácter “compuesto” de la
felicidad: “estado en el cual todos los bienes se encuentran juntos”. Pero
desde Boecio se tendió ya a distinguir entre varias clases de felicidad (beatitudo);
puede hablarse de una «felicidad bestial» (“felicidad aparente”), de una
“felicidad eterna»” (que es la de la vida contemplativa), de una “felicidad
final” o “última” o “perfecta”, que es lo que se llamaría en español “beatitud”.
Para
la biología y la neurociencia, la felicidad o neurofelicidad (felicidad vinculada a nuestro
cuerpo;
“neuro”, es un prefijo que hace referencia al sistema nervioso) es un conjunto de
respuestas hormonales y cerebrales, a través de los neurotransmisores, que
según su porcentaje y actividad, nos sirven para modular ese estado de
felicidad que todos queremos alcanzar.
Pero
aparte de la química que ahora explicaré, también tenemos la capacidad de
elegir la forma en la que percibimos la realidad y en cómo la integramos. Y en
la cual nos sugieren que aunque varias personas vivamos una situación
traumática, cada cual lo vivirá de una manera diferente, según esté preparado o
no para asumir lo que está sucediendo. Esto tiene en cuenta la resiliencia, que es la capacidad de
encajar y superar la realidad de la vida y los momentos más difíciles y traumáticos.
Tenemos
unos neurotransmisores que son los responsables de que nos sintamos en mejor
estado de ánimo: felicidad, o en un nivel más bajo: depresión.
Cuando
están bien compensados los neurotransmisores siguientes, que los llamaría “Los
cuatro Magníficos”, nos sentimos más
eufóricos y contentos y estos son: Serotonina, Dopamina, Endorfina y Oxitocina.
En
cambio altos niveles de cortisol (te mantiene activo y despierto, pero en
exceso no es beneficioso) y si son elevados de adrenalina, crean más ansiedad y estrés.
Cuando
los neurotransmisores, “los cuatro magníficos· están conectadas funcionan bien; pero si algún suceso les
corta la sinapsis nerviosa entonces no fluye adecuadamente y baja nuestro
estado de ánimo. Por eso tenemos que aprender a estimular estos
neurotransmisores de diferentes formas tanto con los alimentos que necesitan
para estar en óptimas condiciones, como con ciertas actividades que nos
ayudarán a mejorar la forma de activarlas.
Tu
cuerpo está regulado por los neurotransmisores (que se originan en el sistema
nervioso) y por las hormonas (fabricadas por las glándulas).
Los
neurotransmisores funcionan por impulsos eléctricos y van recorriendo el cerebro
y los nervios, en cambio las hormonas se mueven a través
de la sangre,
produciendo efectos sobre sus órganos correspondientes y
logrando su coordinación.
Serotonina:
Es una hormona, pero
también un neurotransmisor del cerebro. La 5-hidroxitriptamina
(5-HT), su nombre
químico, es un neurotransmisor que se sintetiza a partir de la
transformación del aminoácido triptófano.
Para producir serotonina, es necesario el
aminoácido triptófano, y hay varios alimentos que lo contienen como: la leche,
el queso, los huevos, las nueces y estos favorecen la sensación de saciedad. También
el pollo y el pescado (Salmón, por el omega 3).
La sensación de bienestar también
se alcanza practicando deporte, la yema de huevo y legumbres.
Y lo aumenta: Ser agradecido,
practicar la bondad y recordar buenos momentos.
Dopamina:
La dopamina provoca placer y hace que te sientas bien.
Puedes elevar la concentración de
dopamina comiendo fruta muy madura, durmiendo bien, con meditación/relajación,
escuchando música, celebrando desafíos que has cumplido, cuando te enamoras, beber
agua.
Estar
bajo el sol en horas tempranas o tardías, 10/15 minutos en brazos, piernas.
Alimentos
aumentan serotonina y dopamina: avena, piña, plátano, garbanzos, pimientos.
Oxitocina:
Crea vínculos emocionales y hace que el amor perdure durante mucho tiempo. También se relaciona con el orgasmo. Se aumenta con pensamientos positivos, comiendo chocolate negro, dando abrazos de al menos 20 segundos, recibiendo masajes, mimando y/o jugando con las mascotas, sirve para socializar, produce tranquilidad, alivia la ansiedad y el estrés, genera confianza y empatía, besando, repartiendo regalos, aumenta el vínculo madre/hijo, alivia los dolores.
Endorfina:
Es la llamada Hormona de la Felicidad.
Las endorfinas es una “Morfina natural”
y por eso su acción es analgésica y anestésica en el cerebro. Y tienen un papel
importante en el dolor.
Lo
provoca, reírse, correr, cantar, bailar, el movimiento físico, ver películas que
inspiren, chocolate, ginseng, picante.
Las
oxitocinas y las endorfinas ayudan al bienestar
emocional y también además son “tranquilizantes”, naturales.
Tal
como hemos visto lo ideal sería llevar una dieta equilibrada, en la que jugarán
un papel importante las frutas (Cítricos y el plátano, y también los frutos
secos, la miel y el yogur, en el desayuno, para empezar la mañana de forma
energética. Y si queremos acompañarlo de huevo y avena, mejor. Y beber al menos
litro y medio de agua en mujeres y dos litros los hombres durante el día.
En
las comidas y cenas, sería aconsejable combinar legumbres y verduras., o
proteínas y verduras.
Practicar
ejercicios que vuelvan elásticos los músculos como Taichí y Yoga, Practicar
relajación/meditación, bailar, reír, divertirse, abrazar besar, querer y estar
en armonía con las demás personas y con la naturaleza. Y si caminamos y
corremos, mejor a horas que sean, temprano por la mañana o a media tarde, para
aprovechar los rayos de sol que no son nocivos. No olvides practicar la bondad
y ser una persona agradecida.